Y Uruguay fue una fiesta.
Por Eduardo Abreu Font
El primero de Marzo pasado, la República Oriental del Uruguay, inició una nueva etapa política: el recambio de su Presidente por otro del mismo signo progresista, hecho totalmente novedoso de toda su historia. Por segunda vez, el resultado de las elecciones democráticas permitió que el Frente Amplio, coalición de izquierdas y de diversos grupos progresistas formada en 1971, repitiera por amplia mayoría de los votantes como fuerza gobernante.
El primer gobierno del Frente Amplio (2005-2010), encabezado por el médico oncólogo Dr. Tabaré Vázquez, rompió con la hegemonía de la alternancia en el poder de los dos partidos tradicionales (el Blanco y el Colorado) que durante más de 170 años favorecieron a los sectores poderosos en detrimento de la mayoría del pueblo uruguayo.
Desde el 1º de Marzo pasado y hasta el 1º de Marzo del 2015 el Presidente de esta pequeña república del Cono Sur latinoamericano, será José Mujica Cordano, granjero, exdirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, torturado salvajemente por la dictadura militar durante 14 años. El nuevo equipo de gobierno está formado por representantes de todos los grupos políticos de la coalición y apunta a mejorar aún más los avances sociales del anterior equipo gobernante. Cuentan con un importante respaldo: del 54% de los votantes, de la central única de trabajadores (Pit-CNT), de su propio trabajo de gran honradez y capacidad de liderazgo.
La esposa de José Mujica, Lucía Topolanski, expresa política de la dictadura, es Presidenta de la Asamblea General ( senadores+diputados) y Senadora del Poder Legislativo, fue también una destacada dirigente del MLN-T. Ella fue la encargada de entregarle a Mujica el mandamiento del pueblo.
Fui testigo directo de la fiesta, las calles estaban llenas con un pueblo que se sentía testigo de su propia historia. Luego de ser envestido como Presidente, Mujica junto al VicePresidente, Danilo Astori, se subieron a un pequeño auto eléctrico y recorrieron gran parte de la principal Avenida de Montevideo, para llegar a la Plaza Independencia, frente al Edificio Ejecutivo, sede de la presidencia, para recibir la banda presidencial de manos del anterior mandatario, Tabaré Vázquez.
Desde el principio, Mujica ha sabido dar señales de conciliación hacia otros sectores no afines con sus ideas y dejó muy claro que este gobierno continuará en el mismo camino del anterior. Posiblemente cambie en su forma de conducir, pero no en las grandes líneas actuación. Y todo indicaría que Brasil y el acercamiento a Lula serán preponderantes.
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